ROBERTA

Hace 15 años decidí asistir a un curso de patchwork: nunca había visto un quilt, algo parecido o leído una revista de patchwork...tenía solo ganas de aprender algo y de conocer nuevas personas.

El primer día llegué muy temprano a la tienda donde se daba el curso, la puerta estaba cerrada y no había nadie.

Luego llegó una señora morena, cargada con bolsas y una máquina de coser...

"...será la profesora", pensé...

"¿quiere que la ayude?...sí, gracias..."

" me llamo Bianca, ¿es usted la profesora del curso de patchwork?..."

"claro que sí...mucho gusto, yo soy Roberta..."

" ya que la estoy ayudando y que soy la primera alumna que ha llegado, que le parece, ¿podría ser la delegada del curso?"

" ¡me parece una buena idea!" me contestó Roberta sonriendo...

Llegaron otras alumnas y el curso empezó.

Roberta hablaba y yo, sentada a su lado, intentaba de apuntar cada palabra que le salía de la boca...

Luego empezó a sacar unos pequeños trozos de tela guapísimos, nunca en mi vida había visto telas así bonitas...qué miren, chicas, esta es una tela imán, se llaman telas imán las telas que ....

Sus manos se movían con rapidez y destreza, doblando, planchando, cortando, cosiendo...

Yo no podía creer a mis ojos, estaba como hipnotizada...

Mediodía llegó muy pronto..." hasta el lunes, chicas..."

Desde aquel día nuestras vidas, la de Roberta y la mía, han seguido unidas.

Han pasado muchas cosas desde aquel día: hemos comido y viajado juntas, reído y llorado juntas, cosido y acolchado juntas, aprendido y enseñado juntas, luchado, peleado y soñado juntas. Unas personas queridas nos han dejado y otras han nacido.

La amistad es una verdadera, estupenda y intensa forma de amor.